Clasificar los tipos de carga es uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de gestionar los procesos logísticos. Cada tipo de carga presentará características concretas, lo que obligará a adecuar el transporte y la logística en su conjunto a cada caso.
Clasificar las cargas permite adaptar el proceso logístico y la gestión del transporte, lo que permite que su entrega se realice de forma segura y con todas las garantías, desde la propia carga, como a las personas que trabajan con ella y al cliente.
Según el tipo de carga que se manipule en un proceso logístico, se puede hablar de las siguientes categorías:
Se denomina carga general al tipo de carga que requiere de algún tipo de envoltorio o embalaje individualizado. Este tipo de cargas o pedidos se subdividen en dos tipos según el grado de preparación que presente el envoltorio o embalaje. Por un lado está la carga general suelta, que la conforman aquellas cargas que se manipulan de manera individual.
Por otro lado, encontramos la carga general unitarizada o carga preparada. En este caso, se trata de cargas generales que combinan varias cargas pero que, para su manipulación durante el proceso logístico, son unificadas en un mismo bulto, que constituye el paquete o pedido del cliente.
En este caso, se trata de cargas que no utilizan envoltorios, ni embalajes individualizados, por lo que se presenta directamente lista para ser transportada. En este caso, lo más habitual es que la carga a granel se transporte mediante el uso de contenedores, ya que, al no presentar embalaje y por el peso, es necesario moverla de forma unificada.
En el caso de la carga perecedera, nos encontramos ante un tipo de carga que se caracteriza por un período de vida útil determinado. En este caso, no se categoriza la carga según la forma en que se presenta o se transporta, sino respecto a la naturaleza de la carga en cuestión, y que implica la necesidad de completar el proceso logístico en un período de tiempo concreto.
La carga frágil también se categoriza según la naturaleza de la carga. En este caso, se trata de un tipo de carga que debe ser manipulada con especial cuidado debido a que, por su naturaleza, puede dañarse o estropearse con dicha manipulación. En este caso, lo más habitual es que este tipo de cargas presenten protecciones adicionales que permitan amortiguar cualquier posible golpe o impacto que sufra la carga durante el proceso logístico en su conjunto.
En este caso, se trata de un tipo de carga que, al igual que la carga frágil, debe ser manipulada con especial cuidado. Sin embargo, en este caso, este cuidado no se debe a que la carga pueda dañarse, sino a que presenta una naturaleza que puede dañar a las personas o a los bienes si no se manipula correctamente. Algunos ejemplos de este tipo de cargas serían los explosivos, sustancias tóxicas, gases inflamables, material biológico potencialmente infeccioso, material radiactivo, entre otros.
Si buscas más información como esta haz clic aquí.